A través de la historia se han tejido muchos mitos sobre el origen del sombrero de paja toquilla. Uno de ellos es el que relata María Leonor Aguilar en su libro “Tejiendo la vida”, que atribuye su confección primigenia a los aborígenes huancavilcas, mantas y caras, quienes según esa historia eran habilidosos tejedores que habitaban parte de lo que hoy son las provincias Guayas y Manabí.
Lo cierto es que esa destreza artesanal se encuentra bien arraigada en el Cantón Montecristi y de ello se hizo eco la UNESCO, que el día 5 de diciembre del año 2012 declaró al tejido de este sombrero “Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”, creando expectativas en todos los artesanos y comerciantes del producto, esperanzados de que el reconocimiento hará que el mundo se entere, por fin, que el dichoso sombrero es originario de Ecuador (Particularmente de la provincia de Manabí) y no de Panamá como muchos creen.
En varias poblaciones manabitas, numerosas familias viven de las actividades que genera ese tejido, siendo en Pile (Montecristi) donde se hace el proceso completo de siembra y cuidado de la paja toquilla, la cosecha de su fibra y el hervido blanqueador, para luego pasar a la otra fase que es el tejido, reconocido por su finura (Entre más fino, mayor el costo) que llega a cotizarse internacionalmente en miles de dólares por unidad.
La UNESCO ha distinguido al Ecuador, hasta ahora, con la protección de siete reliquias: Quito, Patrimonio Cultural de la Humanidad (1978); Islas Galápagos, Patrimonio Cultural de la Humanidad (1979); Parque Nacional Sangay, Patrimonio Natural de la Humanidad (1983); Cuenca, Patrimonio Cultural de la Humanidad (1999); la tradición oral y otras manifestaciones culturales del pueblo Zápara, proclamados Obra Maestra del Patrimonio Oral Inmaterial (2001); El Saber Ancestral y Tejido Artesanal de la Paja Toquilla, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (2012); y, más recientemente, la Marimba y sus Bailes Tradicionales (2015).
Tres años se cumplen este 5 de diciembre de 2015, desde que la UNESCO hizo esa merecida declaratoria que inmortaliza un conocimiento que se transmite celosamente generación tras generación, en un juego de dedos con el que los artesanos convierten la naturaleza de la paja toquilla en hermosas joyas que deslumbran y trascienden las fronteras.
Para recordarlo, el INPC (Instituto Nacional de Patrimonio Cultural) celebrará en la Plaza Eloy Alfaro de Montecristi un acto compuesto de demostraciones de cómo se hace el tejido con paja toquilla, una feria de artesanías elaboradas con ese material (principalmente el clásico sombrero fino), representaciones artísticas musicales y de danza folclórica, además de los consabidos discursos alusivos a la conmemoración.
Cabe indicar que en Montecristi funciona una oficina del IEPI (Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual) para registrar y proteger los derechos de los artesanos sobre sus obras, que a su vez llevan la impronta oficial de origen y autenticidad.
FUENTE: Dirección de Comunicación Social del GAD cantonal de Montecristi, mediante boletín informativo y fotos con firma de su directora, periodista Sofía Paredes Rivera. MANTA, 03 de diciembre de 2015.