El picudo, un insecto que marchita las plantaciones de plátano, movió a la extensión de la Uleam en El Carmen a utilizar la ciencia para asistir a los productores en su afán de combatir la plaga y salvar la producción.
El Carmen, cantón de la provincia de Manabí, es la zona de mayor producción de plátano barraganete del Ecuador. Sus exportaciones son la base de la economía local y un buen aporte a la formación del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Tiene sentido, entonces, que la Unidad de Vinculación con la Comunidad de la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (Uleam) en El Carmen se haya planteado la necesidad de acudir en ayuda de los productores de plátano, llevándoles la asistencia técnica que aconsejan las investigaciones científicas aplicadas al caso.
El viernes 20 de noviembre de 2015, en el sitio La Raíz, estudiantes y docentes, en conjunto con productores de plátano y técnicos de la empresa Agrepor, S.A., realizaron trabajos prácticos en la aplicación de las siguientes estrategias:
“Destrucción de hospederos o cormos (lugar donde se reproduce la metamorfosis del picudo); aplicación de feromonas; utilización de microorganismos (Beauveria Bassiana) y aplicación de trampas tipo cuña con melaza, baba de cacao y clorpirifós”. La finalidad es combatir tanto al picudo negro (Cosmopolites sordidus) como al rayado (Metamasius hemipterus).
La ingeniera Karen Piloso, coordinadora de la Unidad de Vinculación, indicó que estas actividades se vienen realizando en base a un convenio que hace meses la Uleam firmó con las asociaciones de productores de plátano: Sumita-Pita (CORPISUPAL); la Y de La Raíz; Trabajadores Autónomos de Las Delicias y la compañía Agrícola Exportadora Porvenir (Agrepor, S.A.).
El objetivo de la alianza es mejorar la productividad y la calidad de la fruta, con proyecciones al crecimiento de las exportaciones y rentabilidad económica del sector platanero.
Las consecuencias de un ataque de picudos
El ingeniero Jorge Vivas Cedeño, presidente de la Comisión de Investigación de la extensión universitaria, manifestó que el picudo es un mal endémico en el plátano, porque cada hembra pone en promedio 50 huevos en su ciclo de vida, que es de 1 a 2 años, y de esa cantidad la mitad suelen ser machos, lo que permite su reproducción rápidamente.
Pero si se le destruye su hábitat, este insecto en estado larvario se deshidrata y muere. La cuestión es que el “cormo” en la planta dura alrededor de 6 a 8 meses para descomponerse y durante este tiempo se pueden reproducir hasta 4 generaciones de picudos.
El especialista explicó que el picudo negro en estado larvario perfora el “cormo” de la planta, sin poder detectar el perjuicio que va desde la disminución de manos y dedos del racimo hasta el derrumbamiento del tallo, representando grandes pérdidas para el sector.
En cambio, con el picudo rayado se corre el riesgo de que alguno se introduzca en las cajas de exportación y aparezca en cualquier país adonde llega el plátano ecuatoriano. Si eso llegase a ocurrir, traería consecuencias negativas para la introducción del producto en ese mercado, porque haría entrar en cuarentena la carga. Las exportadoras son multadas y muchas veces el país también. Por esa razón le han declarado la guerra a estos insectos plaga.
FUENTE: Departamento de Relaciones Públicas de la Uleam en El Carmen, mediante boletín informativo y fotos con firma de su relacionista Daniel Carbo Pazmiño. MANTA, 28 de noviembre de 2015.