Carlos Echeverría impresiona por su expresividad oral y las ideas liberales que fluyen a través de ella. Es joven y no se detiene ante dudas ni prejuicios, simplemente actúa llevado por los conocimientos que posee y la intuición. No en vano es el fundador y líder del Centro de Formación y Difusión Artística Cultural El Roi en la ciudad de Manta, donde nació y vive con su familia.
La Universidad Laica Eloy Alfaro de Manabí (Uleam) lo formó como auditor, su profesión de libre ejercicio; pero, contrariamente a muchos otros graduados de esta institución, él no cuestiona la calidad de la enseñanza recibida, que dice estar a la medida de los estudiantes. Es decir, los que preguntan e investigan obtienen los conocimientos que quieren; los conformistas, en cambio, solo reciben lo que les ofrecen.
Es posible que su fuerza interior surja de la fe que profesa a los designios de Dios. Justamente el nombre de la organización cultural que dirige, El Roi, tiene este nombre porque en el idioma hebreo de los judíos significa “Dios me ve” o “Dios cuida de mí”, según Wikipedia.
Y no es únicamente pregonar. El Roi de Manta lo conforman 11 jóvenes (mujeres y hombres) cultivadores de las artes escénicas que emplean para alegrar la vida de todos a cuantos pueden, en particular de niños, adultos mayores y enfermos. Llevan su arte no lucrativo a hospitales públicos donde por un momento se disfrazan de clown (payaso) y emulando al famoso médico norteamericano Patch Adams contribuyen con risoterapia para aliviar a los pacientes internados.
Esta labor, desarrollada desde hace 10 años, llamó la atención de una organización no gubernamental de los Estados Unidos, que desplazó hasta Manta a un equipo de filmación para grabar pormenorizadamente la actividad social de los jóvenes actores. El resultado es un audiovideo narrado en español y subtitulado en inglés, de 10 minutos de duración y subido a YouTube donde hasta la fecha alcanza más de 600 reproducciones.
Pero eso no es todo. Carlos Echeverría cuenta que han logrado apoyo financiero de algunos empresarios locales que no nombró. En esto también sobresale su visión emprendedora animada de una gran fuerza de voluntad, puesto que no es común encontrar en Manta a empresarios privados dispuestos a promover actividades artísticas noveles al margen de la promoción comercial. Aunque para Echeverría el problema no es desinterés de los empresarios, sino más bien la gestión inapropiada de quienes necesitan apoyo.
El Roi de Manta es, pues, un ente social que aporta visión y ejemplo de superación basado en la fe de que al servir con bien se honra a Dios y se materializa la realización personal de los individuos.