El Cantón Bolívar volvió a ser el destino preferido por numerosísimos turistas provenientes de varias partes del Ecuador. Llenaron los balnearios de agua dulce y gozaron hasta más no poder los espectáculos musicales presentados en esos lugares.
Había familias enteras bañándose en los ríos durante horas, mientras otros comían o bailaban al son de la música de moda presentada por reconocidos artistas nacionales. Unos más practicaban senderismo u otros deportes asociados con la diversión espontánea, o se entretenían participando en concursos.
El show musical lo animaron el Grupo Melómano, de Portoviejo; las Chicas Dulce Sabor Latino, de Quevedo; y Angie y su grupo Furia del ritmo, que junto a David Guzmán Chávez cerraron el festival.
Dentro del agua la gente retozaba alegremente entre chapuzones y tertulias o lanzándose espuma de carnaval unos a otros, particularmente en el sector de Platanales que es atravesado por el gran Río Carrizal.
La intensidad del calor solar se prestaba para esa algarabía hídrica que absorbió a todos en una celebración común sin diferencias ni prejuicios, pero que los obligó a consumir abundante agua u otras bebidas refrescantes que pusieron a su disposición los vendedores.
A más de mojar el cuerpo a caudales, los turistas y sus anfitriones mostraban su gusto por el ambiente de ese valle pletórico de verdor y naturaleza viva que predomina en el Cantón Bolívar, tierra de agricultores y ganaderos connotados, así como de comerciantes prósperos y poetas inspirados para cantarle al amor y sus musas de belleza idealizada.
Como es tradición en todos los rincones del campo manabita, en Bolívar no faltaron las comidas típicas a base de verduras, frutas, carnes de vaca, chancho y gallina, y en algunos casos también de pescados y camarones de río.
Predominaron las tongas (arroz con menestra de plátano y maní y un trozo de carne, envueltos en hoja ahumada de la planta del plátano), los corviches (bolón de masa de plátano con maní y relleno de pescado blanco, fritos u horneados), el suero blanco (derivado de la elaboración del queso) y las empanadas fritas de plátano, rellenas de carne o queso.
Los visitantes encontraron también preciosas artesanías elaboradas en el lugar a partir de madera, paja mocora y zapán (fibra del tallo de la planta que produce el plátano). Igualmente, dulces finísimos de leche y de leche y coco.
Claramente, los turistas llegaron atraídos por el embrujo de los paisajes campesinos, pero también por la promoción publicitaria que hicieron de ellos el Gobierno provincial de Manabí y, sobre todo, la Administración municipal dirigida por el alcalde Ramón González Álava, quien se mantuvo vigilante de que el programa de carnaval se desarrollara tal y como lo previeron las instituciones mancomunadas para el efecto.
El alcalde observó que el feriado ha permitido al sistema comercial de Calceta, Quiroga y Membrillo tener movimiento notable, a tal punto que las personas que pusieron sus puestos de venta de bocadillos, comida rápida y platos típicos terminaron temprano su producción.
El clima se mostró favorable para la venta de bebidas refrescantes y en los hoteles y hostales un día antes del feriado se habían agotado las habitaciones. En el mercado municipal de abastos, en las tiendas y supermercados la afluencia de personas fue notable, lo mismo que en las estaciones de servicios donde largas filas de carros esperaban para proveerse de combustible.
María Párraga Suárez y su familia son nativos de Calceta pero viven en Guayaquil desde hace 20 años. Aprovecharon el feriado del carnaval para visitar a sus parientes y disfrutar de los carnavales en el balneario de Platanales. María comenta que a sus hijos les gusta la tranquilidad del río y la comida típica cantonal.
Martha Chávez Palacios, jefa del área municipal de Turismo, indicó que los programas organizados por la Administración municipal de Bolívar tuvieron la aceptación de propios y extraños.
FUENTE:
Boletín informativo y fotografías del GAD cantonal de Bolívar (Calceta), remitidos por el periodista Johnny A. Mero Cedeño.- MANTA, 17 de febrero de 2015.