Ya es costumbre generalizada celebrar el Día del Amor el 14 de febrero de cada año, pero la novedad es que una dama distinguida de Manta celebrará en esa fecha del presente mes el aniversario 14 de un árbol de ceibo plantado por ella.
Lo más curioso es que la cultivadora nombró “Ceibo del amor y la amistad” a su retoño, hoy un altivo y frondoso adolescente que se yergue colosal en un ángulo de la Plazoleta Azua, al pie del Palacio de la Judicatura y enfrente del Palacio Municipal.
Y la celebración se avizora de bastante concurrencia, pues hay cursadas numerosas invitaciones directas a más de las que circulan por las redes sociales de internet y publicaciones como esta que usted está leyendo.
Por cierto, esas invitaciones las firma doña Jacqueline de Munizaga, intelectual francesa radicada en Manta, la acuciosa sembradora y cultivadora de ese árbol emblemático perteneciente a una especie en vías de extinción en la zona sur de la provincia de Manabí, donde antes abundaba.
DESCRIPCIÓN DE UN ÁRBOL DE CEIBO
Según la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL), “El nombre científico de este árbol es CEIBO TRICHISTANDRA; el nombre común es Ceibo liso o Ceibo y proviene de la familia Bombacaceae.
Su Descripción: El árbol caducifolio (que pierde su follaje durante una parte del año) tiene una altura de 20 a 40 metros y un diámetro 1 a 2 metros. Presenta ramificación simple, un madero abombado y raíces planas, la corteza externa es de color verde claro y se pueden observar abundantes espinas cónicas en el tronco principalmente cuando es joven. Posee hojas compuestas, alternas, palmadas de 25 a 40 cm de largo, también flores grandes de 8 a 12 cm, que nacen en racimos laterales hasta 12, raramente solitarias, con cáliz de color rojo púrpura de aspecto aterciopelado y pétalos generalmente blancos que pueden variar a rosado. Su fruto es una cápsula pentacarpelar (5 pétalos) de forma elipsoidal, de color café, colgante, de 10 a 16 cm de largo por 5 a 8 cm de ancho, las semillas presentan filamentos de color blanco que les permite ser dispersadas principalmente por el viento.”
Sin embargo, es necesario advertir que esta es una variedad distinta a la Erythrina crista-galli (rojo cresta de gallo) que predomina en otros países suramericanos, como Argentina y Uruguay que lo adoptaron como su “árbol y flor nacional”.
La ESPOL describe así los usos que se da al Ceibo Trichistandra y sus frutos:
“Usos: Su madera, por su baja densidad, sirve para la elaboración de artesanías, de la corteza de los árboles jóvenes se extrae la pasalla (fibra que se extrae de los árboles jóvenes) que sirve para confeccionar sogas o cuerdas. Las hojas, flores y frutos son forrajeros, además las flores son excelentes para la actividad melífera (Que lleva o tiene miel, DRAE). La fibra de los frutos (lana) se aprovecha para confeccionar almohadas y colchones. Debido a las formas caprichosas que adoptan los árboles, se utilizan como especie ornamental principalmente en los parques.”
En el pasado reciente la lana del ceibo era muy conocida y apreciada en Manabí, donde aún se la utiliza para hacer almohadas y colchones.
El tronco de ese árbol típico de la zona sur de Manabí suele intrigar por sus formas caprichosas y de voluptuosidad enigmática. Quien no está acostumbrado a verlo siente la tentación de detenerse frente a él para observarlo con detenimiento, tratando de descubrir los misterios que al parecer guarda.
FUENTES:
Invitación a celebrar el cumpleaños del “Ceibo del amor y la amistad”; web de la ESPOL; Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) y Wikipedia.- MANTA, 10 de febrero de 2015.