Elevar el valor del pasaje urbano es agravar la crisis económica de los pasajeros. La solución del problema de los transportistas está en otro lado.
Las políticas y programas sociales del Gobierno nacional dicen apuntar a favorecer a los ecuatorianos más necesitados, entre los que predominan los usuarios del transporte público que sirve en las ciudades. No es coherente predicar que se planifica para desarrollar actividades encaminadas a promover las condiciones de bienestar de las personas con menos recursos, si a la vez se recarga el costo de subsistencia a quienes se pretende ayudar.
Consecuentemente, el problema deficitario de los transportistas debe resolverse por la vía de reducir los impuestos, tasas y aranceles a ese servicio en particular, coordinando las estrategias y las tácticas operativas con los importadores y comercializadores de vehículos, llantas, baterías, partes y piezas de repuesto, lubricantes y combustibles.
Es el Estado, depositario de los frutos que produce el esfuerzo popular, el llamado a optimizar el uso de los recursos puestos a su disposición, para que cumpla lo que le corresponde sin sacrificar el poco bienestar de la gente pobre.
Los transportistas tienen razón y derecho para procurar que el servicio público que gestionan se mantenga operativo y floreciente, pero no a costa del sufrimiento de sus usuarios.
Revista LA GENTE de Manabí
MANTA, 07 de diciembre de 2014.
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alexander_rodriguez_m@hotmail.com (miércoles, 21 enero 2015 07:58)
El problema mayor mi estimado amigo, antes de la subida de los pasajes, debería ser el buen trato al usuario y no el pèsimo trato que se da a los :ancianos, discapacitados, embarazadas..Pues Siempre soñé que algún día íbamos a tener un transporte colectivo con motoristas de verdad, no con muchachos marihuaneros que ni siquiera pueden conducir o viejos que nunca manejaron más que camiones con semovientes, y que de pronto se hicieron motoristas que siempre los agarraron como para hacer viajes al matadero.
Siempre soñé que los buseros, esos que nos echan la chatarra encima a los peatones, a los ciclistas, a los motociclistas y a los carros chiquitos, iban a desaparecer con todo y las latas que reparten humo a diestra y siniestra, y que ya no nos iban a seguir ahogando en smog y llenándonos de plomo los pulmones sin necesidad de dispararnos una bala.
Siempre soñé que los vehiculos de transporte que ya tienen como tres prórrogas de caducidad, y que andan de arriba para abajo, las iban a llevar a la fundidora para hacerles un monumento a todas las víctimas que murieron aplastadas por esas latas, y que ya no fueran el peligro constante cuando se les quiebra el cardán, o les fallan los cigüeñales o se les van los frenos.Pero todo no queda mas que en sueños..
alexander_rodriguez_m@hotmail.com
PLINIOCEVALLOS (miércoles, 11 febrero 2015 16:40)
BUEN COMENTARIO FALTO DECIR LOS NIÑOS TAMBIEN
"FELICITACIONES"