Las empanadas fritas de plátano verde forman parte de la alimentación tradicional en la provincia de Manabí, pero hacerlas en cantidades de más de dos dígitos por día queda reservado para unas cuantas personas que escogieron esa actividad como profesión. Una de ellas es Carmen Alicia Navarrete Cedeño, la protagonista de esta historia.
Empezó hace más de 20 años, primero comercializando en Manta las empanadas que elaboraba su hermana Graciela Intriago en San Plácido (Cantón Portoviejo); hasta que esta decidió que las ventas condicionadas (crédito, rechazo, etc.) en la ciudad no le eran buen negocio y suspendió la provisión. Para entonces Carmen Alicia ya había construido una cartera incipiente de clientes y asumió el desafío de elaborar ella misma el producto y ampliar las ventas.
Pronto alcanzó la habilidad necesaria para producir empanadas de calidad aceptable, que las repartía en lotes pequeños envasados en funda de plástico transparente cerrada con cinta adhesiva sobre la que se inscribía con esferográfico la cantidad que contenía. Eso era bastante sencillo y el negocio empezó a prosperar.
CÓMO SE ELABORAN LAS EMPANADAS
Las empanadas se hacen de plátano verde cocido en agua con sal, molido y mezclado con una pizca de grasa vegetal. El resultado es una masa laminada que se corta en forma ovalada para cada unidad y se le adiciona queso fresco o carne molida antes de doblarla y darle la forma final. Carmen Alicia prefiere el plátano dominico cultivado en Santo Domingo de los Tsáchilas, que le parece de mejor textura y sabor.
Trabajando desde el amanecer hasta bien entrada la noche, con ayuda de las hijas y de alguna colaboradora externa, incrementó la producción y esto a la vez le obligó tocar las puertas en tres grandes autoservicios que hasta hoy venden sus empanadas: Mi Comisariato, Supermercados VelBoni y Tiendas Industriales Asociadas (Tía). A partir de aquí tuvo que mejorar la presentación del producto, envasándolo en bandejas de poliuretano recubiertas de una lámina de plástico transparente, adicionada a esta una etiqueta con nombre y precio del producto, incluido el respectivo código de barras.
El producto que Carmen Alicia pone a disposición del público lleva por nombre “Dulces y Empanadas Carmita”, porque también elabora galletitas de almidón de yuca y otros dulces de la tradición manabita. Las empanadas se presentan en paquetes de 5 y 10 unidades, con precios de US$ 0.75 y 1.25 respectivamente.
LA FORMALIDAD ES UN TRÁMITE COMPLICADO
Así transcurrieron los años hasta cuando el Ministerio de Salud la obligó a obtener un registro sanitario (aún en trámite), previo un examen bioquímico para determinar los componentes y propiedades del producto, que deben ceñirse a las normas oficiales vigentes de sanidad alimentaria. A este requisito se suma el deber de imprimir etiquetas que reúnan los estándares legales, entre estos el famoso “semáforo” con los indicativos de la cantidad de sal, azúcar y grasa que contiene cada empanada.
Doña Carmen revela con disgusto que el trámite por el registro sanitario es muy engorroso y caro, pese a los anuncios del Gobierno de que “todo trámite es gratis”. Hasta hoy ha gastado mucho tiempo y cerca de 2.000 dólares, sin conseguir el objetivo. Observa que la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) solo tiene tres laboratorios para atender a cientos de miles de usuarios.
Además de eso tiene que lidiar cada día con los problemas consustanciales del comercio: productos caducados o dañados por manipulación incorrecta, larga espera por los pagos, condiciones crecientes para estar en vitrinas, etc.
GRATIFICACIONES
Por el lado de las gratificaciones que brinda la actividad están el empleo propio y el de terceras personas, los márgenes de utilidad en momentos de bonanza (fruto de las empanadas es su vivienda actual), las relaciones de amistad con clientes y proveedores. Hasta hoy nadie ha rechazado su producto ni ha tenido reclamos por la calidad del mismo, advirtiendo no obstante que en ocasiones pudo deslizarse alguna impureza originada principalmente en el queso usado para el relleno, que lo obtiene de terceros.
TIPS PARA SERVIRSE LAS EMPANADAS
Carmen Alicia recomienda freírlas en aceite corriente o en manteca vegetal, en sartén de hierro fundido o de aluminio (no teflón). El aceite debe estar bien caliente. Hay que servirlas tan pronto sean freídas.
MUY PERSONAL
Carmen Alicia Navarrete Cedeño es natural de Manta, tiene 55 años de edad y es viuda de José Parrales, originario del Cantón Olmedo. Hijas: María Aguedita Urdánigo, su asistente en el negocio; Johana y Flor María León, la primera peluquera estilista y la segunda modelo de modas y próxima a obtener el título de ingeniera en administración de empresas. Carmen Alicia desciende de Saúl Navarrete, de Chone y Mariana Cedeño, de la Parroquia Alajuela del Cantón Portoviejo. Actualmente reside en la Ciudadela El Pacífico de la ciudad de Manta.
Revista LA GENTE de Manabí
MANTA, octubre 28 de 2014.
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