El caso ejemplar de una estudiante de Enfermería y Fisioterapia, que madruga y trasnocha en un viaje redondo Santo Domingo-Manta para convertirse en profesional titulada.
Esta madre de familia no pierde el entusiasmo por su superación personal y el día miércoles de cada semana madruga en su residencia de Santo Domingo de los Tsáchilas para venir a estudiar en el Centro Nacional de Capacitación (Cenacap) en Manta. Regresa el mismo día y llega a su casa cerca de la medianoche.
Se levanta a las 02h30 para capacitarse en la carrera de Auxiliar de Enfermería y Fisioterapia, porque quiere un mejor nivel de vida para ella y su familia, además de estar preparada a fin de brindar un buen servicio a la comunidad con la que vive.
Es Marjory Ruiz Loor, de 33 años de edad, que ya lleva seis meses capacitándose para seguir adelante.
“Actualmente laboro en un centro de salud privado, en lo que es Auxiliar de Enfermería, durante la semana; pero me dan permiso el día que tengo que recibir clase”, explicó.
“Hay que hacer un sacrificio en la vida, no importa la edad ni la distancia para superarte en cualquier profesión en este mundo”, aconsejó.
“En cuanto a mi familia, mis hijos me apoyan para dejarle de ver un día a la semana, cuatro al mes; situación muy complicada, pero seguimos luchando hasta terminar mi capacitación en Cenacap.”
“También ya estoy adaptándome a la Fisioterapia, ya que es importante combinar las profesiones y el trabajo con la ayuda de los demás, ya que dos cabezas piensan mejor que una”, explicó.
“Resalto la colaboración de mis instructoras: Verónica Díaz, en Auxiliar de Enfermería; de igual manera de Vanessa García, en Fisioterapia; y, de mis compañeros, que son lo máximo”, remató feliz.
FUENTE:
Ignacio Ávalos Macías, comunicador social. MANTA, mayo 15 de 2014.
