La parte norte de la playa que forma el Océano Pacífico al pie de la ciudad de Manta, Ecuador, atrae por su incesante pero apacible actividad turística matizada con pesquería artesanal.
La ciudad de Manta, al occidente de Ecuador, se encuentra en la orilla del Océano Pacífico. La playa que la bordea, siempre soleada, se divide en dos partes separadas por el muelle mercante internacional: Tarqui, al norte y El Murciélago al sur. En la primera, las olas del mar se deshacen suavemente después de romper con fuerza en el largo rompeolas del puerto y en el acantilado que antecede a la segunda parte de la playa.
De ahí que El Murciélago sea la playa preferida por los surfistas y por quienes gustan enfrentarse a las olas encrespadas que rompen en el acantilado a pocos metros de la arena descubierta. Pero esto es una experiencia que comporta riesgos altos, sobre todo para quienes no saben nadar o no tienen las fuerzas necesarias ni la habilidad para resistir el fuerte embate del oleaje persistente; peor aún si la aventura transcurre muy cerca del rompeolas portuario o muro de escolleras.
La playa como tal es amplia y bien mantenida. En su nacimiento se levanta el Malecón Escénico con numerosos restaurantes de gastronomía marinera y una explanada utilizada para presentación de espectáculos.
Pero este artículo está dedicado a la playa de Tarqui, igualmente amplia y mantenida, con la singularidad de que el oleaje del mar llega allí apaciblemente y la gente puede adentrarse en el agua con bastante confianza porque las profundidades se encuentran bien lejos de la orilla. Salvo los días de aguaje, muy pocos en el año, en este lugar el agua es limpia, tranquila y en permanente exposición al sol.
Además, esta playa confiere al visitante la grata posibilidad de ver en lontananza la silueta de la ciudad, incluido el puerto, frecuentado por los grandes navíos de servicio crucero.
Parque del Marisco
En el límite de la playa y el terreno firme de la ciudad se halla el Parque del Marisco, un conjunto de cabañas construidas con materiales naturales, que alojan a restaurantes especializados en preparar comida variada con mariscos y pescados frescos, descargados de las embarcaciones pesqueras en el vecino Mercado de Mariscos.
Las cabañas, de estructura de caña guadua y madera, cubiertas con hojas secas de las palmeras que producen tagua, tienen de piso la arena natural de la playa y algunas se agrupan entre árboles frondosos. El aire yodado que proviene del mar circula entre ellas, porque todas son abiertas.
Una batería de servicios sanitarios funciona en el área central de donde se agrupan las cabañas y sirve por igual a los operadores turísticos y a sus clientes o visitantes.
Aparte hay otros dos grupos de cabañas con piso y estructura de cemento, que sin embargo sirven también comida elaborada con pescados y mariscos frescos. Junto a cada uno de estos grupos hay una playa cementada para estacionamiento de vehículos.
Toda el área ocupada por las cabañas tiene iluminación eléctrica nocturna, que hace posible el funcionamiento de algunas de ellas hasta cerca de la medianoche; y, en no pocas oportunidades, la presentación de espectáculos musicales.
Áreas deportivas
En una parte de donde termina la tierra firme y empieza la playa, se han construido canchas de cemento para jugar voleibol, con gradas cubiertas para el descanso de los espectadores y cercadas con malla metálica. Disponen de iluminación eléctrica para los juegos nocturnos. A un lado se encuentra uno de los dos parqueaderos cementados para vehículos.
Además hay canchas para jugar voleibol y fútbol directamente sobre la arena natural.
Varios operadores turísticos ofrecen carpas unifamiliares que sirven de vestuarios y lugar para el descanso de los bañistas. También rentan parasoles y perezosas cubiertas. Estos servicios se estacionan a muy pocos metros del sitio hasta donde llega el agua del mar.
El Astillero
Otro atractivo de la playa de Tarqui es el Astillero, donde se construyen barcos de madera para la pesca atunera. Es un trabajo artesanal de gran precisión y calidad, dirigido por maestros carpinteros de vasta experiencia.
Se encuentra hacia el norte, un poco más allá del Mercado de Mariscos donde el consumidor final puede adquirir las diversas especies de la pesca blanca (camotillo, corvina, pargo, etc.). Justo enfrente de este mercado descargan las canoas de pescadores artesanales que se hacen a la mar en la tarde y regresan en la madrugada del día siguiente.
Hasta este desembarcadero concurren cada día numerosos comerciantes mayoristas que compiten entre sí para adquirir el producto de la pesca; y, con ellos, los camiones, pequeños y grandes, usados para trasladar el pescado hasta los distintos mercados, tanto de la ciudad cuanto de otras partes del país y de las ciudades fronterizas de Colombia y Perú.
La Avenida
Junto a la playa de Tarqui se extiende la muy transitada Avenida Puerto – Aeropuerto - Puerto, que a la vez limita la dinámica zona comercial que bulle al otro lado, pletórico de comercios mayoristas y minoristas de todo tipo, además de hoteles y restaurantes desde primera categoría para abajo.
Los peatones que necesitan cruzar la avenida para ir de un lado al otro, deben usar el paso elevado en el sector del Parque del Marisco o Playita Mía. Este viaducto es moderno, cómodo (aun para personas discapacitadas) y seguro: al pie se halla una Unidad de Policía Comunitaria (UPC) y en las noches tiene suficiente iluminación artificial.
MANTA, mayo 03 de 2014.