Porqué volvió Jorge Zambrano

Lecciones de una contienda electoral reñida, que ayudan a comprender la dialéctica disímil de sus protagonistas y la consecuencia de sus decisiones.

La elección de Jorge Zambrano Cedeño como primer mandatario municipal de Manta durante los cinco años que siguen no es casualidad, pero tampoco el fruto exclusivo de lo que él y sus seguidores representan, ni de lo que hicieron en el transcurso de la campaña electoral. Muchos electores probablemente reconocieron la transformación favorable que experimentó el cantón en el dilatado periodo de más de 12 años en que Zambrano fue alcalde, pero también es probable que muchos otros votaron esta vez por él a causa de los desaciertos muy evidentes del alcalde en funciones, que contendió buscando la reelección. Y a eso hay que añadir el hecho de que los otros cuatro competidores en la lid electoral carecen de un antecedente de servicio público robusto y en la campaña no tuvieron los recursos propagandísticos generosos que mostraron sus dos rivales más votados.

 

Eso no desmerece, sin embargo, la elección de Zambrano. Es solo una apreciación que quizás sirva para que el alcalde electo y su círculo cercano no pierdan la perspectiva durante la gestión que deben realizar. Siempre deberían recordar que más del 40% de los electores o mandantes decidieron por opciones diferentes y que a pesar de ello siguen conservando sus derechos para exigir de los elegidos que los servicios y las obras públicas les favorezcan en igual medida que a todos los demás.

 

A nuestro entender, el retorno de Jorge Zambrano a la administración municipal de Manta se sustenta en cuatro pilares fundamentales: 1) su voluntad de volver, 2) lo auspicioso de su anterior paso por la alcaldía, 3) el afán de darle un renovado impulso al cantón; y, 4) la capitalización de los errores notorios de la administración municipal que fenece y los que cometieron en la campaña tratando de mantenerse en el poder.

 

Quienes conocemos el pasado mediato de Manta sabemos del desorden monumental en que se hallaba la Administración municipal, y por ende el cantón, cuando Zambrano asumió por primera vez la alcaldía. El palacio administrativo estaba en ruinas y sus muebles desvencijados; los obreros municipales permanecían la mayor parte del tiempo recostados sobre hamacas al pie de ese palacio esperando que les paguen sus salarios atrasados; solo habían en la ciudad unas pocas calles pavimentadas y casi todas con abundantes baches y con escombros y basuras por todos lados.

 

La administración municipal de entonces carecía de iniciativas y de motivación, limitándose a sostener de modo muy precario los servicios públicos básicos. No había incentivos para la población. Los deportes y las artes eran ajenos a los funcionarios municipales, las actividades productivas eran ignoradas y la seguridad pública dependía exclusivamente de la Policía Civil Nacional.

 

El alcalde Zambrano hizo entonces en Manta lo que el alcalde León Febres Cordero había hecho antes en Guayaquil. Regeneró completamente la administración municipal, desde el palacio y los muebles hasta los sistemas operativos a cargo de los empleados. Con una demostración inicial de orden, responsabilidad y pulcritud pudo implantar la cultura tributaria que faltaba y aumentar paulatinamente las recaudaciones. Se echó mano a la austeridad para aprovechar los insuficientes recursos económicos, mejorar y extender la prestación de servicios y la construcción de obras.

 

Se estableció un sistema microempresarial de recolección de basuras que funcionaba bien por toda la ciudad, donde la pavimentación de calles se extendió ampliamente y se les daba mantenimiento constante; se reconstruyeron los parques y las plazas recreacionales más emblemáticos y se instituyó la promoción de las actividades artísticas y deportivas sin fines de lucro, entre otros hechos relevantes.

 

La administración municipal a cargo de Jorge Zambrano se constituyó entonces en un modelo reconocido y admirado dentro y fuera del país. En Manabí los pobladores de otros cantones querían tener uno igual. No por nada el modelo fue reelegido dos veces consecutivas por la mayoría electoral de Manta, sin contar que la tercera reelección se perdió en una decisión confusa, hasta ahora no bien esclarecida pero sí muy cuestionada, del Consejo Nacional Electoral (CNE) de ese momento.

 

Jorge Zambrano Cedeño, alcalde electo de Manta, en rueda de prensa. Ecuador.
Jorge Zambrano Cedeño.

Pero como no todo en la vida es miel sobre hojuelas, la gestión de Zambrano estuvo ensombrecida por suspicacias y críticas. Se le cuestionaron algunas decisiones y ejecutorias, sobre todo la construcción de un colector de aguas servidas en la Playa El Murciélago, que al parecer se malogró. Las sombras más oscuras provienen de un supuesto abuso de poder al adquirir a muy bajo precio una gran extensión de tierra para usufructo privado y la notoria prosperidad personal que se le atribuye a su condición de haber sido –así lo dicen sus opositores- el vendedor de materiales de construcción preferido por los contratistas de obras municipales, cuando él ejercía las funciones de alcalde. Es de conocimiento público que el alcalde electo, en la vida privada, es empresario comercial en el ramo ferretero y constructor de obras de ingeniería.

 

Así mismo se le responsabiliza de no haber solucionado el problema de la contaminación ambiental causada por aguas servidas mal dispuestas, pero en su descargo Zambrano alega que esa responsabilidad le corresponde a la empresa de agua potable y alcantarillado, en esa época manejada por un directorio cuyo presidente representaba al presidente de la República, en tanto que los demás miembros representaban a los gremios empresariales, a los gremios de los profesionales en ingeniería y arquitectura, y solo una minoría a la Administración municipal.

 

Un tercer pilar de su vuelta a la alcaldía tiene que ver con la expectativa creada en los electores al anunciarles el propósito de darle bríos nuevos al desarrollo de Manta. Ahora que la Empresa Pública Aguas de Manta (EPAM) depende directamente de la Administración municipal, podrá enderezarla hacia la reversión del efecto contaminante derivado de la incorrecta disposición de las aguas negras o servidas. Con las competencias legales que tiene el Municipio para administrar el transporte y el tránsito terrestre, diseñará estrategias para regularizar de mejor manera esta actividad crucial, especialmente en la ciudad. Y con más recursos en la caja municipal, construirá nuevas obras públicas y brindará más servicios colectivos, como el internet inalámbrico gratuito en zonas de gran concentración ciudadana y las cámaras de video comunitarias para vigilar la seguridad de las personas.

 

El cuarto pilar que hizo posible la vuelta de Jorge Zambrano a dirigir la Administración municipal de Manta es más bien ajeno a él. Vino del lado del alcalde en funciones aspirante a ser reelecto, quien durante su mandato realizó obras importantes habiendo conseguido el apoyo directo del Gobierno nacional, pero tuvo también desaciertos que sembraron inconformidad y descontento en amplios sectores de la sociedad cantonal. Su administración, por ejemplo, limitó al extremo los espacios para el diálogo con los representantes de organizaciones populares y con muchos contribuyentes que anhelaban hablar personalmente con el alcalde. Exageró al aumentar las contribuciones por predios, patentes y servicios. Extralimitó su poder al forzar mediante ordenanzas el cambio de costumbres sociales enraizadas. Y, para colmo, no logró solucionar ciertos problemas sociales recurrentes que machaconamente repetía no los había resuelto la administración anterior, a saber: contaminación ambiental debida a una mala disposición de aguas servidas, y congestión vial.

 

Por último, la campaña promocional a favor de la reelección cayó en el error de atacar al oponente hasta victimizarlo, cuando todos sabemos que, por naturaleza, la gente es solidaria con la víctima y no con el victimario. Eso ya está suficientemente probado. Además fue una campaña desmesurada, atosigante, poco creíble.

 

Así nos explicamos la caudalosa votación con que ha sido elegido Jorge Zambrano, a quien por lo demás le convendría sopesar las consecuencias negativas de los errores de su oponente ocasional, para no caer en ellos.

 

José Risco Intriago.

MANTA, febrero 25 de 2014.