Mariano sigue, Zambrano vuelve y Casanova llega

Según los resultados oficiales preliminares de las elecciones seccionales en Manabí, continuará en funciones el prefecto provincial y han sido electos nuevos alcaldes en Manta y Portoviejo.

De conformidad con el 50% del conteo oficial rápido de los votos de las elecciones seccionales del domingo 23 de febrero, conocido anoche a las 21h00, la mitad de los electores de la provincia de Manabí ratificó su confianza al prefecto Mariano Zambrano Segovia, reelecto bajo el paraguas de la alianza País – Unidad Primero, mientras que un porcentaje parecido votó en Manta para que retorne el exalcalde Jorge Zambrano Cedeño, electo a la sombra del Movimiento Sociedad Unida Más Acción (Suma), y más de un 40% dio su respaldo a Agustín Casanova en Portoviejo, también de Suma.

 

Era previsible el triunfo del prefecto, sin un contendor suficientemente conocido por el público, con todo el peso de la maquinaria oficial propagandística a su favor y en una campaña promocional tan corta que no dio tiempo a los demás candidatos para hacerse conocer y plantear sus propuestas. Sin embargo, la cota electoral del prefecto descendió un 20% con respecto a la reelección anterior y a las intenciones de voto consultadas 12 días antes de la reciente elección.

 

Claramente el prefecto Zambrano ha perdido espacio electoral, que lo ha ganado esta vez Jaime Cedeño, de Suma, que en esta elección obtuvo casi el 30% de los votos válidos, no obstante que cuando se publicaron las últimas encuestas de intención de voto apenas contaba con un poco más del 4%.

 

Los triunfos de Jorge Zambrano y de Agustín Casanova son más importantes, porque contendieron con rivales archiconocidos y beneficiarios del apoyo oficial. El primero se enfrentó al alcalde en funciones, Jaime Estrada Bonilla y el segundo al exasambleísta de la República, Félix Alcívar, ambos de Alianza País. La campaña propagandística de estos fue abrumadoramente superior a la de sus respectivos adversarios.

 

En estos dos casos se entiende que los electores optaron por propuestas menos ampulosas pero más creíbles, así como por los antecedentes de los dos alcaldes electos.

 

Jorge Zambrano fue alcalde de Manta durante más de 12 años consecutivos, logrando la transformación cantonal mediante una regeneración integral de la administración municipal, que habiendo sido deficitaria pasó a ser autosustentable con la implantación de la hasta entonces ausente cultura tributaria; además de sentar las bases del urbanismo nuevo que se admira en la ciudad. Y, sobre todo, hizo una administración de puertas abiertas para todos.

 

Agustín Casanova inició la era del SRI en Manabí, función de la cual salió con honores. Después pasó un tiempo en el área financiera del Municipio de Portoviejo, donde no brilló pero tampoco quedó mal. Era mucho menos conocido en su cantón de lo que Zambrano es en Manta, pero en cambio proyectó una imagen de ejecutivo pragmático, sosegado y con visión de futuro. A esto se suma su juventud y el haberse rodeado de gente sin pasado politiquero.

 

También es cierto que en la elección de estos dos nuevos alcaldes primó el deseo de los electores de cambiar unas administraciones municipales muy cuestionadas por otras más prometedoras.

 

En Manta, por ejemplo, hay mucho descontento por falta de apertura para el diálogo social, por el incremento desproporcionado de impuestos y tasas municipales, igual que por la modificación forzada de ciertas costumbres ciudadanas. Y en Portoviejo son muy pocos los que se acomodan al hecho de que el gasto corriente del presupuesto municipal se consuma el 80% de los ingresos, dejando prácticamente nada para atender el mantenimiento eficiente de los servicios públicos básicos y menos para construir obras.

 

MANTA, febrero 23 de 2014.