Opinión de José Ramón Moreira Aliatis respecto a la situación cualitativa de la Universidad de Manta.
Por
José Ramón Moreira Aliatis,
Ing. Com.
Las universidades son organismos vivos donde todos sus elementos deben funcionar armónicamente; si uno de ellos falla o tiene éxito, siempre nos verán por el lado del fracaso. El manejo singular de las universidades en ocasiones conviene y en otras no; por lo tanto, si las elecciones de sus autoridades son democráticas, todos somos responsables de sus resultados; quiere decir que estuvimos de acuerdo con el accionar de ese mando.
Todos tenemos iguales derechos e iguales responsabilidades; lo reprochable es que muchos, muchísimos, no captamos a cabalidad nuestras corresponsabilidades; actuamos como en el arte de la fistiana. Es ahora el momento cuando más compactados debemos estar, hacer frente en conjunto al reto que la historia nos ha llamado.
El Concejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceacces), utilizando parámetros de nivel académico, de la formación de maestros, de investigaciones, de la infraestructura, número de estudiantes y de docentes, de las publicaciones de la información que genere la universidad; ha calificado a todas las academias del país en categorías. Por ahora las hay desde la A hasta la D; con el tiempo han de llegar algunas a la M.
Nuestra Uleam, al principio de la evaluación estaba en la C; hace un tiempo la calificaron en D. Soy estudiante de la Facultad de Ciencias de la Comunicación (Facco), en la especialidad de Periodismo. Hace un tiempo le pregunté a uno de mis maestros si él era PERIODISTA, si alguna vez había escrito para algún medio de comunicación, o si tenía afición a algo relacionado con las letras. Me contestó con altanería que no, que era profesor por convicción, y lo que él enseña es investigación numérica para que sea convertido en información que el lector la perciba claramente. Discrepé, porque el periodista investiga hechos que otros han generado, mas no tiene que aprender cálculos; tiene, eso sí, que hablar de los fenómenos que inciden para que un evento suceda; el
periodista tiene que informar, que más allá de los números está el ser humano.
Es verdad, muchos profesores creen que lo que ellos comentan es lo verdadero; no entendemos todavía que la enseñanza es dinámica, que lo que ahora es una noticia después de un minuto es ya historia.
Los EE.UU. de América producen tantos GORDOS EXTREMOS; el periodista tiene que denunciar si es por el exceso de comida chatarra, si por la vida sedentaria que llevan, si por genes, los placeres de la gula, denunciar los costos en el presupuesto por curar a sibaritas de esa nación.
A propósito, es ahora cuando más solidarios debemos ser. Debemos presentar de forma urgente, todas las facultades, las evidencias para que los evaluadores en su momento encuentren todo en orden y organizadamente. Demostrar además que la provincia avanzó en estas últimas dos décadas a pasos agigantados; que los grandes profesionales, empresarios, industriales, líderes de la política, son en gran medida productos de la academia.
Hay profesionales de la Uleam muy talentosos en el mundo, que por falta de la infraestructura necesaria para la investigación científica tienen que migrar a la vieja Europa. Es posible que alguien nuestro sea “Nobel”.
Nuestro gobierno, sensible a esta realidad, está becando a los mejores cerebros para que se especialicen afuera; está creando ciudades del conocimiento. Saben esta realidad, que para brindar un buen vivir, que para cambiar la matriz productiva, necesitan compás de espera, que es un proceso que lleva tiempo. Es por esa razón que las autoridades nacionales están buscando la forma de disciplinar la educción ecuatoriana, canalizando los recursos para que los resultados vayan acorde con esta gran necesidad de la patria.
Y nosotros también debemos aportar a esa excelencia.
MANTA, diciembre 23 de 2013.
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