Salvaguardias

Esta opinión cuestiona al Gobierno nacional su falta de previsión para ahorrar durante la bonanza petrolera, el peso de cuyas consecuencias negativas recae sobre todo en la población menos favorecida.

Por José Ramón Moreira Aliatis

Empresario, ingeniero comercial y periodista

ing.jrma@hotmail.com  

 

El Gobierno nacional resolvió restringir unilateralmente (con regulaciones internacionales para equilibrar la balanza), el ingreso al país de 2.800 productos a través de la figura conocida como salvaguardia, que no es ni más ni menos que cargar de impuestos (que van desde un 5% hasta el 45%) a esos productos (desde frutas hasta productos de belleza, pasando por medicinas y vehículos), adicionando la tramitología para conseguir permisos a cualquiera de esos ítems, que lo hace muy  tortuoso.

 

Los precios ya comenzaron a incrementarse en ciertos lugares. Por poner un ejemplo: una batería (para automotor) que el martes 10 de marzo valía $ 80,oo, al día siguiente ya costaba $ 100,oo. Y es que la lógica indica que de igual manera el proveedor al realizar el próximo pedimento de importación ya pagará la sobretasa. Los funcionarios que no conocen cómo se mueve el comercio, amenazan con castigo a especuladores. 

 

Bien por los productores nacionales, tanto industriales como artesanos, que tienen la oportunidad de que se abrirá un mercado promisorio, ayudando a generar nuevas plazas de trabajo y de riqueza. A cambio tienen que mejorar la productividad, la calidad y generar la confianza necesaria para que los usuarios compren lo nuestro.

 

El pleno del Comité de Comercio Exterior (COMEX), en su artículo # 1 de la resolución establece una sobretasa arancelaria temporal, por 15 meses. La experiencia nos indica que en el mundo del comercio lo que sube nunca baja, y que en verdad hay afectaciones por el asunto del aumento de precios, no solo para el consumidor final que siempre recibirá el mayor impacto; también lo será para el comerciante, que de alguna forma el choque mayor lo sentirá en la disminución de sus ventas.

 

La fractura mayor la tendrá el Estado; y pondremos un ejemplo para graficar y entender el fenómeno: Compramos a Chile frutas y se ha creado para ellas una sobretasa del 45%; este porcentaje hace casi imposible que nosotros compremos manzanas chilenas. En consecuencia, si el país de la estrella solitaria nos compra banano, tengan por seguro que establecerá impuestos que haga prohibitivo el consumo de esa fruta en esa nación. Son efectos de las reciprocidades comerciales.

 

Esta situación nos demuestra que no somos complementarios en la región, somos competitivos, y Ecuador perderá un gran cliente. Esperamos que el contrabando no se active.

 

A fin de cuentas, gracias a la baja del precio del hidrocarburo será el pueblo el que termine pagando en un gran porcentaje el presupuesto nacional. Desgraciadamente no tenemos cultura de ahorro, no prevenimos que en algún momento la bonanza terminaría, le apostamos a un solo producto el ingreso de dólares que ya están escaseando. El Gobierno tiene que aportar con su cuota y ajustarse el cinturón para en conjunto salir de este apuro.


Coméntelo abajo o compártalo en alguna red social o vía e-mail:

Escribir comentario

Comentarios: 1
  • #1

    cristobal (martes, 19 mayo 2015 22:35)

    yo pregunto a los chonero les gusta ese chone actual